lunes, 14 de junio de 2010

Una forma de reciprocidad: Las Polladas

Desde tiempos remotos, por especificar el imperio inca, los peruanos se han caracterizado por la vasta solidaridad y reciprocidad en cada una de sus actividades, siendo la más significativa la segunda.
La reciprocidad se define como una forma que tienen las personas de intercambiar bienes o servicios. Esto quiere decir que cada uno de los participantes entrega un bien o servicio esperando recibir a cambio lo mismo o algo similar, en ocasiones tiene un valor monetario. A diferencia de la época incaica, en donde no se utilizaba la moneda como la conocemos actualmente, sino en cambio el uso de la fuerza comunitaria, mano de obra, a favor de los integrantes de una misma.

Un ejemplo claro de reciprocidad en nuestra sociedad actual son: “Las Polladas”, estas son fiestas populares que se acostumbra realizar en los barrios donde el plato principal es el pollo a la parrilla, de la misma manera, también tenemos cuyadas, anticuchadas, truchadas, chuletadas, cebichadas, panchadas, picaronadas, etc., todas las mencionadas y más son producto del ingenio y creatividad de los peruanos. Podemos identificarlas como actividades donde los integrantes de una determinada comunidad o familia organizan esta reunión, la cual tiene una finalidad, que por lo general está relacionada a reunir fondos para cubrir alguna necesidad de los organizadores que suele ser prioritaria y/o de urgencia. Los fines comunes que aparecen en la tarjeta de estos eventos pueden ser “Pollada pro fondos de salud de X Persona”, “Pollada pro fondos para viaje de promoción”, “Pollada pro fondos Familia”, “Pollada pro fondos para remodelación del Colegio”, etc. Además, existen los fines personales y sociales que se dan en el entorno, donde los integrantes compartirán vivencias e ideas que contribuirán en la unión de las familias en el tiempo. Sin embargo, en ocasiones se ha manipulado el fin de estas actividades para un beneficio netamente personal, más no de ayuda comunitaria que es su naturaleza.
Como podemos observar las costumbres y actividades que se realizan actualmente tienen objetivos similares a las que practicaron nuestros ancestros y que las utilizamos de manera inconsciente día a día en nuestra vida. Pero debemos tener en cuenta la escencia de realizar la actividad y no transformarla ni moldearla a nuestro propio beneficio, ya que esto puede perjudicar a terceras personas quienes realmente necesitan la ayuda para satisfacer una necesidad primaria y no alguna vanidad. Es importante y urgente que dejemos de ser personas egocéntricas y pensemos solo en lo que importa para nosotros, en ocasiones, somos muy poco sensatos para con las carencias que tienen las personas que habitan a nuestro alrededor.

Debemos copiar el ejemplo de nuestros ancestros y realizar el trabajo comunitario para beneficios y satisfacción de todos.


Fuentes Virtuales:
http://www.youtube.com/watch?v=4Vbv7b5EUa8

Fuentes Escritas:
PEASE, Franklin (1992) La Economía de los Incas, pp-59 – 61, Los incas: una introducción. Lima: Fondo Editorial PUCP.
1 Cfr. Chumacero Verónica, De polladas y cuyadas.. peruanismos de fiesta-

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